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Epílogo de la trilogía Mentira, Verdad y Miedo. Ciencia ficción

Era un martes por la mañana cuando Éric entró corriendo por la puerta de casa de los padres de Xenia, quería avisarles que la nave espacial había aterrizado en la Tierra y que la reina alienígena venía a por ellos porque Éric no había conseguido la criptonita del reino.

 

Xenia se rio de él. ¿Se había vuelto loco de repente? ¿De que hablaba Éric?¿Aliens? Eso no existía, era imposible.

 

Éric le tocó la cabeza y mágicamente le pasó información que tenía sobre los aliens.

 

Éric tenía razón, existían.

 

Como él no quería que les pasara nada se los llevó a un lugar seguro para esconderlos de la reina alienígena Zenda. Pero mientras iban en coche la nave aterrizó en mitad de la carretera y la reina bajó de la nave.

 

- ¡Tú! ¡Tú me has traicionado! Has traicionado a tu reina y vas a pagar.- le dijo la reina Zenda a Éric mientras le señalaba con el dedo.

 

- Lo siento, de verdad, no quería traicionarla pero me enamoré de ella.

 

- Eres un traidor. Y mereces la muerte como tal.

 

La madre de Xenia sacó una pistola espacial. Una que solo tenían los aliens. Y disparó a la reina Zenda matándola.

 

- ¡Has matado a mi reina!

 

- Ya. Le acabo de disparar, ¿No lo has visto?

 

- ¡Eres una asesina!

 

- En fin… ¡Tú no vas a estar con mi hija! Eres un Mocuní, ¿quién quiere a uno en su sano juicio? Ya te lo digo yo. NADIE. - le dijo la madre de Xenia a Éric.

 

- ¿Cómo sabes…? - no le dio tiempo a acabar su frase, pues la madre de Xenia ya se había transformado en un alien amarillo de ojos azules con antenas moradas. Era una Bilota. La especie enemiga de los Mocuní.

 

- ¡BILOTAS! ¿¡Sois unos bilotas!?

 

- Que listo eres. - dijo sarcástica – despídete de mi hija, hasta nunca, Éric.

 

La madre de Xenia disparó a Éric matándolo en el acto. Xenia cogió la pistola de su madre cuando ella estaba celebrándolo con su marido y se disparó. Ella no podría vivir sin él.

 

Los padres miraron perplejos la escena.

Se habían descuidado tanto que su hija se había matado por un hombre.

Devastados volvieron a su universo con la criptonita, solos y devastados.

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