Estas últimas semanas después de salir de la cárcel me sentía vigilado todo el tiempo como si una sombra me estuviese persiguiendo todo el rato y me quisiese  avisar de algo que iba a pasar pronto. Se lo conté a Xenia pero ella no me creía, me decía que era imposible que una sombra me estuviese persiguiendo todo el rato justo después de salir de la cárcel y yo le conté como me sentía pero seguía sin creerme, yo no sabía que hacer porque era imposible que me entendieran y sintieran esa sensación. Se lo conté también a mi tía Carmen y me dijo que si estaba loco, yo le expliqué todo pero nada seguía igual, el caso es que no sabía  a quien decírselo ya que todo el barrio me decía lo mismo. Que si la cárcel me había dejado traumas o que si me había vuelto distinto pero yo sabía que esa sensación de que la sombra me estuviese siguiendo era porque me quería avisar de algo pero no me podía imaginar que era lo que me quería decir. Pasó mucho tiempo y me sentía con la misma sensación de que esa sombra estuviese ahí para querer avisarme de algo. Estuve yendo al psicólogo por si se me había quedado algún trauma de la cárcel, pero me dijeron que no me pasaba nada que me veían igual que antes, yo ya estaba bastante cansado de que todo el mundo me dijese lo mismo porque yo sabía de verdad que una sombra me estaba siguiendo para decirme algo. Hasta que un día paso por fin, yo estaba acostado en la cama y después de tanto tiempo por fin pasó, apareció la sombra y me contó lo siguiente: ”Ten cuidado estos días por el barrio porque va a pasar una tragedia muy grande, de la que es posible no poder escapar.”No me la contó pero me advirtió.